jueves, 16 de octubre de 2014

LOS PAJAROS DE ALFRED HITCHCOCK

Corría el año 1963 cuando Hitchcock estrena “Los pájaros”. Inspirándose muy libremente en un relato escrito por Daphne Du Maurier que describe como unas aves se abalanzan como si de un ataque kamikaze se tratara sobre una localidad sembrando el terror y el desconcierto entre sus habitantes. Este relato parte de un misterioso hecho real sucedido en una localidad californiana en la que un grupo de gaviotas -intoxicadas al parecer por la toxina de ciertas algas- enloquecieron y se abalanzaron sobre sus habitantes que la autora enriqueció con sus vivencias personales durante los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial.
Desde su estreno la película generó en el subconsciente de todo cinéfilo la pregunta ¿por qué atacan los pajaros?, y muchas y muy variadas han sido las respuestas, sobre todo si se tiene en cuenta de que el filme no ofrece ninguna respuesta satisfactoria por boca de sus protagonistas que despliegan toda una panoplia de posibles significados que abarcan desde lo apocalíptico-religioso a lo científico (vease la conversación en el bar) y que el propio director británico respondió a las preguntas de los críticos de cine con respuestas vagas y acomodaticias. Confieso que me produce cierta zozobra tirarme a ese río de tinta creado por las múltiples interpretaciones que los críticos han realizado sobre el filme y que mis respuestas a ese gran interrogante pueden resultar disparatadas, pero supongo que todo cinéfilo que se precie debe adentrarse tarde o temprano en la retorcida mente de este genio que fue Hitchcock.
Más que preguntarse por qué atacan habría que preguntarse qué significan los pájaros, y la respuesta tiene nombre y apellidos: Melanie Daniels, la díscola hija del dueño de un importante periódico de San Francisco que con su rebeldía y su osadía es capaz de perturbar no solo la anodina vida de Mitch, un oscuro abogado fascinado por esa mujer a la que conoció en un juicio, sino también la de su familia y romper el status quo de Bahía Bodega, un tranquilo pueblecito próximo a San Francisco. El verdadero significado del filme se despliega a través de unos diálogos cargados de metáforas y dobles sentido que intentaré descifrar a continuación.
Mitch y Melanie entran en contacto en una pajarería, en donde un sarcástico Mitch consigue sacar de quicio a Melanie mencionándole el juicio en el que él estuvo presente como abogado. A través de los diálogos se descubre que Melanie, hija del dueño de un famoso periódico, indujo a que un desconocido lanzara piedras a modo de venganza contra la sede de un periódico rival y Mitch estuvo presente en el juicio consiguiente en calidad de abogado. Mitch se quedó prendado de ella, y la siguió hasta la pajarería; pero hay algo en los diálogos que induce a pensar que nada en el encuentro es casual, resulta curioso que se hable de los pájaros mina -conocidos por su capacidad de imitar la voz humana- justo cuando Mitch entra en la tienda. Quizá el pájaro que tanto espera Melanie sea en realidad el abogado...
Pero tampoco Bahia Bodega se libra de su presencia perturbadora, pues nada más llegar al pueblo se interesa por la familia de Mitch, a la que desconoce por completo, y con sus preguntas revela un misterio que todo el pueblo se esfuerza por esconder. Resulta extraño que al preguntar en la tienda por el nombre de la hermana de Mitch desconozcan su nombre y que le informen de que quien mejor la conoce es la maestra. ¿Y si no fuera en realidad su hermana sino su hija y la maestra fuera su madre? Eso explicaría porque durante el ataque de los pájaros la maestra se muestra tan protectora con la hermana de Mitch. Se trata de un pueblo donde todos se conocen y resulta extraño que no sepan el nombre de la hija, o quizá no lo saben porque la hermana de Mitch no existe... La clave está en la escena en donde Melanie y la niña se encuentran por primera vez; ella se sorprende a ver a Kathy, tal vez al constatar la diferencia de edad que hay entre ambos, a lo que contribuye el vestido infantil que lleva la hermana de Mitch. En un fetichista de la talla de Hitchcock, que llegaba incluso a elegir personalemente la ropa de sus protagonistas femeninas, tales detalles no resultan un asunto baladí.
En el diálogo que entablan Melanie y la profesora se hace patente la relación que hubo entre Mitch y ésta y que él es el motivo de que siga en el pueblo, aunque la relación entre ambos se haya enfriado. O tal vez se quedó en el pueblo ejerciendo como maestra para estar cerca de su hija... ¿Qué sentido tiene malgastar tu vida en una relación a todas luces imposible. Y la presencia de Melanie no hace sino reabrir esas viejas heridas y suscitar celos en la profesora. Tampoco resulta banal las diferencias físicas entre ambas mujeres a la hora de comprender cómo Mitch percibe a ambas: la profesora es morena, va vestida de forma vulgar, incluso con manchas; es la mujer que el abogado ve diariamente, cuya presencia resulta rutinaria, que no suscita interés alguno en Mitch. Por otra parte, Melanie es rubia -recuérdese la fascinación que ejercían en Hitchcock las mujeres de pelo rubio-, va vestida de forma inusualmente elegante; si la profesora personifica lo rutinario y lo cotidiano, Melanie encarna lo novedoso y lo fascinante.
Mitch no tarda en enamorarse de Melanie, hecho que no pasa desapercibido a la madre de éste, una mujer viuda que parece no haber superado la muerte de su marido y que tampoco se libra de la perturbación creada por Melanie, ya que experimenta un profundo temor a sentirse sola al comprender que su hijo ha encontrado el amor de su vida. ¿Realmente rechaza a Melanie porque tiene miedo a perder a tu hijo y quedarse sola? Resulta curioso que antes de cenar llame al granjero que le suministra el pienso a las gallinas quejándose de que no se lo comen ¿y si quien realmente no quiere comer es el granjero que rehúsa cenar con la familia y desvelar así su relación con la Sra Brenner?

Dos personas mueren durante la película debido al ataque de los pájaros, el granjero anteriormente citado y la profesora, además de las heridas que sufre Melanie en el desván y que casi le cuestan la vida de no ser por la intervención de Mitch. Porque quizá también la madre es un pájaro que se enfrenta a todos aquellos que quieren arrebatarle a su hijo y que al final tiene que rendirse ante la evidencia de que si se enfrenta a Melanie le perderá irremediablemente. O quizá también Melanie es verdugo y víctima de la perturbación que genera a su alrededor. Y la paz sólo vuelve a Bahía Bodega cuando ella se marcha bajo la atenta mirada de los pájaros